GRABACIÓN DEL TEMA "SURGUT" (Bárbara Cuerva)

Portada del libro "De Nagasaki a Novorsibirsk" y

contra del libro "Los tres ríos de Kiso"

de Ventura Camacho en el atril.

(fotografía: Ventura Camacho)

Hace unos días, se comenzó la preparación para el recital poético que Ventura Camacho junto el grupo BarbaraCuerva y VertixStudio pondrán en escena para la presentación de la revista Orsai. 

Tal y como cuenta Ventura en su blog (http://venturacamacho.blogspot.com/2011/03/preparativos.html), hace tiempo que el grupo BarbaraCuerva  musicó algunos de los poemas de la parte japonesa del libro "De Nagasaki...". Otra vez, nos reuníamos para un proyecto en común en relación con sus poemas.

Volvió a surgir la magia.

Toni Cívico (Tato para los amigos) había cogido la guitarra española improvisando una simple rueda de acordes sobre la que, con otra guitarra española, improvisé una melodía sencilla intentando que no le pudiera quitar protagonismo a la locución del poema. Tras tocar esta especie de "jam" fortuita, Tato y yo nos miramos con la satisfacción de haber dado en el clavo a la primera y sin necesidad de retocar o arreglar nada más en esas dos guitarras. Fue una especie de regresión a nuestras noches como educadores/monitores en aquellas colonias de verano, donde la compenetración del momento era una cuestión de embrujo del ambiente (los temas que tocábamos mientras la Traedora de Sueños les dejaba buenos sueños a los niños más pequeños debajo de la almohada - gran personaje creado por Ventura; sí, señor). Un viaje a aquel día que cogimos, con nuestro entrañable Marino Solano, y empezamos a tocar haciendo de un tirón tres temas que darían lugar a TOKIO, SENDAI y AOMORI del disco que, como BarbaraCuerva, hicimos sobre el libro del Ventu.

Tato grabando la rueda de acordes

en el Local22 para Surgut.

(fotografía: Ventura Camacho)

Así que fuimos al local: Tato, Ventu y Iordi. Grabamos la misma improvisación, sin retoque ninguno, con sus pequeños fallos de ejecución que hacían que sonara más hermosa que algo perfecto. Aunque hubo algún pequeño lapsus para acordarme exactamente de la melodía principal, todo anduvo empapado de la atmósfera que inspira el tema. Tato incluyó una segunda guitarra matizando los acordes y yo encontré, por casualidad, un sonido de violines que grabé en otra pista con un juego muy simple de notas que se van arrastrando por el tema. Mientras, Ventura leía el poema haciendo que su voz fuera un elemento armónico con el resto de instrumentos.

Iordi grabando la melodía

en el local22

(fotografía: Ventura Camacho)

Pero la magia no se quedó aquí. Pensábamos que el tema estaba acabado y simple... pero, como siempre, Roger Peguera tiene una vuelta más. Al cabo de unos días, Roger y yo estuvimos en el local. Le enseñé el tema grabado. Él tenía muchas ganas de añadir algo al registro pero, cuando oyó el tema, pensó que ya tenía bastante. Comentó que, como mucho, sólo insertaría unos pequeños toques de campanillas o de viento pasando. Eso me llevó, todavía no sé por qué, a un sonido que había modificado en el sintetizador hace unos años. Tocó encima de lo grabado y la magia volvió a surgir. Eso es lo que se grabó.

Lo que más me gusta de BarbaraCuerva es esta presencia de magia. Todos hemos lamentado no estar tan juntos en los últimos años pero, viendo cómo ha resurgido todo esto, me alegro de no haber quemado una bengala hace tiempo para que todavía conserve su magia. Es un placer tener este nuevo proyecto con vosotros.